lunes, 28 de junio de 2010

El bebedor de absenta

Hace escasos días la casa Christie's de Londres vendía por algo más de 42 millones de euros el cuadro ‘El bebedor de absenta’, de Pablo Picasso. Retrato que hiciera el pintor a su amigo de juventud, borracheras y putas, Ángel Fernández de Soto.



Enmarcado en el periodo azul de Picasso –a pesar de la tonalidad verdosa, como la de la propia absenta–, el cuadro muestra a Fernández de Soto, colega de Picasso y compañero de correrías en burdeles de Barcelona, en 1899, en el conocido café Els quatre Gats, que en aquella época era centro de reunión de la bohemia barcelonesa –artistas y pintores modernistas– que, situado en la calle Montsió de esa misma ciudad, continúa siendo hoy día uno de los más simbólicos restaurantes de la capital. Para dar una idea, sobre los modernistas Josep Pla profirió calificativos tales como peludos, sucios o abandonados, practicantes del hirsutismo.

Pero la historia de este café se remonta al París de finales del siglo XIX, cuando Pere Romeu, que trabajaba allí como empleado del cabaret Le Chat Noir, regresa a Barcelona, e influido por aquel ambiente, decide crear una taberna que ofrezca comida a bajo precio y música de piano para amenizar a la clientela. Els quatre Gats fue inaugurado en 1897 gracias a la contribución económica de otros artistas como Ramón Casas, Santiago Rusiñol y Miquel Utrillo, constituyéndose así el cuarteto.

Dos años más tarde, en 1899, Pere Romeu editaba la revista ‘Quatre Gats’, que únicamente vio publicados quince números en su corto tiempo de vida. Ese mismo año Picasso se reunía en Els quatre Gats con Ángel Fernández de Soto, otro pintor al que, según Picasso, le gustaban más la bebida –en particular el ajenjo– y las fiestas que la pintura. Y de esa forma quiere inmortalizarle en su lienzo, sentado a la mesa con una gran copa para servirse el licor de alta graduación y propiedades visionarias.

A la casi alucinógena absenta –esta bebida alcohólica contiene tuyona, principio activo del ajenjo– en Francia la llamaban ‘Fée Verte’, es decir, ‘Hada Verde’, y estaba considerada como una fuente de ebria creatividad. Inspiradora de las obras de muchos pintores de la época, como ‘L´absinthe’, de Edgar Degas; o la alegórica de Albert Maignan, ‘Green Muse’, pasando por insignes absintheurs como Manet, Toulouse-Lautrec, Van Gogh o Gauguin, hasta el propio Picasso. Sin olvidarnos de poetas como Baudelaire, Rimbaud o Verlaine.

Y es que la absenta, desde la pintura o la literatura, ha traspasado las fronteras del lienzo y el papel para verse retratada también en el cine. En películas como ‘Total Eclipse’, dirigida por Agnieszka Holland –que aquí se tituló ‘Vidas al límite’ y que relata la tormentosa e insufrible relación entre Verlaine y Rimbaud–, o en ‘La leyenda del santo bebedor’, del italiano Ermanno Olmi, basada en la novela homónima de Joseph Roth, entre otras que tienen a esta singular bebida embriagante como aderezo o fuente de inspiración.


Un cuadro polémico

La pintura de Picasso ‘El bebedor de absenta’ se iba a poner a la venta en noviembre de 2006, en la casa de subastas Christie's de Nueva York, pero fue retirada de la puja por la propia fundación debido a una reclamación de los herederos del banquero judío Paul Mendelssohn Bartholdy.

Los herederos del banquero denunciaron que la obra había sido vendida a la fuerza en 1934, durante la época nazi, a un marchante berlinés, y exigieron que la subasta se sus-pendiera. La fundación Andrew Lloyd Webber arguyó que la obra había cambiado de manos al menos cuatro veces desde 1934 y había sido adquirida de buena fe al comprársela a su anterior propietario.

Hace dos años, un tribunal norteamericano pareció resolver la trifulca a favor de la fundación al enjuiciar que Julius Schoeps, sobrino nieto del banquero, no había demostrado que fuera el heredero legítimo, y poco tiempo después la fundación Andrew Lloyd Webber anunciaba el acuerdo definitivo con Schoeps y el resto de los herederos de Paul Mendelssohn Bartholdy para poder llevar a cabo la subasta, en la cual se esperaba que la puja superara los 40 millones de euros.


Enlace de interés

Guía rápida del absinthe en París