domingo, 29 de octubre de 2017

‘Common Ground’, Wolfryd en La Granja


En un enclave alejado de los habituales circuitos metropolitanos del arte contemporáneo, Barry Wolfryd expone una muestra de su pintura Pop Art y esculturas en cristal.

En un singular entorno de gran riqueza paisajística, entre jardines franceses, fuentes monumentales y fábricas de cristal, desde este pasado verano se pueden ver las obras que el artista naturalizado mexicano Barry Wolfryd (Los Angeles, California, 1952) ha englobado en la exposición ‘Common Ground’ (Intereses compartidos), que se compone de pinturas y los trabajos en vidrio que el artista produjo durante el primer trimestre de este año en los talleres de la Real Fábrica de Cristales, invitado por su Museo Tecnológico, y que podrán verse en el Museo de La Granja hasta el próximo 14 de enero.

Barry Wolfryd comenzó sus estudios de arte en 1972, en el Housatonic Community College de Bridgeport, Connecticut, EE.UU. Los siguientes diez años continuó en escuelas de arte de su país natal y México. A los veintidós años se mudó a México y en 1975 asistió al Instituto Allende, en San Miguel de Allende, Guanajuato. En 1982 estudió en el Chicago Art Institute y en 1984 en el Instituto Nacional de Bellas Artes de San Luis Potosí. Fue en este periodo cuando Wolfryd descubrió la cultura del cinismo mexicano (según Octavio Paz, el “chingar o ser chingado”), lo cual es perceptible en su obra a través de iconos, símbolos y objetos. Un año después se mudó a la Ciudad de México, donde amplió sus actividades artísticas.

Sus primeros ensayos creativos fueron realizados bajo la influencia del jazz, la música de Frank Zappa, el arte pop y la escuela neoyorquina. Esas experiencias conformaron en él una ideología que lo mantuvo artísticamente ligado a la crítica social. Desde entonces, el artista se adueña de personajes y objetos de la cultura popular y los reinventa provocando, con una gran dosis de humor negro, la reflexión del espectador. Para Wolfryd la vida no es el retrato perfecto de las vacaciones, sino una secuencia de eventos que se mantienen unidos sólo por nuestra insistencia de algo mejor.

A partir de 2014, Wolfryd comenzó a presentar sus obras con mayor frecuencia en  Europa. En el  verano  de  ese  año  expuso  en  Berlín  y  creó  una  serie  de  esculturas  de  vidrio  en  Murano, en el taller Berengo Studio. En 2016 expuso en el Museo d’arte Moderna de Trieste, Italia.

La serie de esculturas en vidrio para la muestra individual comisariada por Aldo Flores, que se celebra ahora en La Granja de San Ildefonso (Segovia), se compone de obras realizadas tanto en los talleres de la propia Real Fábrica de Cristales, como en el Berengo Studio de Murano. La colección pasará al museo MAVA de Madrid en 2018.

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Página web de Barry Wolfryd.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Catrin Finch y Seckou Keita en concierto


La arpista galesa Catrin Finch y el intérprete de kora senegalés Seckou Keita unen su talento y virtuosismo para ofrecer una extraordinaria exhibición de armonía musical.

Tras sus actuaciones de este verano por el Reino Unido, el dúo dio ayer en CaixaForum Madrid un espléndido concierto con el que remató la gira española.

Basándose en sus respectivas y muy dispares tradiciones musicales, su exitoso álbum debut ‘Clychau Dibon’ es el resultado de la brillante sinergia con que ambos intérpretes fusionan y transforman de manera sublime las melodías galesas y los ritmos mandingas. En el escenario este proyecto, aclamado por la crítica y la prensa especializada, es un viaje musical en el que Finch y Keita se alternan en hipnóticas improvisaciones y en una sorprendente simbiosis interpretativa en cada uno de los temas del disco.

“Todo en la música tiene que ser honesto, y los significados más profundos de las canciones y las melodías deben preservarse”, opina Keita. “Es por eso que es importante que las colaboraciones sean adecuadas para la música, y hay conexiones entre, por ejemplo, los sonidos cubanos e indios y el repertorio de la kora que se pueden explorar sin perder los distintos sabores de las diferentes tradiciones y estilos”.

Seckou Keita nació en Ziguinchor, Senegal. A través de su padre es descendiente de la dinastía real Keita de Malí, mientras que la familia de su madre, los Cissokhos, son una familia griot (cantante tradicional de África Occidental). Lanzó su carrera internacional en 1996 asesorado por su tío y también músico Solo Cissokho, con apariciones en el Festival Førde de Noruega colaborando con músicos cubanos, indios y escandinavos. En los años siguientes, Keita se mudó al Reino Unido, entretanto viajaba regularmente a España, Francia, Portugal, Grecia y la República Checa, además de tocar en festivales tan prestigiosos como el WOMAD o el de Glastonbury, tanto como solista como en colaboración con grandes figuras de la talla del violinista indio Subramaniam, el cantante senegalés Youssou N'Dour o el cantante y compositor británico Paul Weller, entre otros.

Catrin Finch nació en Llanon, Gales. Hija de madre alemana y padre inglés comenzó a aprender a tocar el arpa a la edad de seis años. A los nueve ya había aprobado su examen de arpa Grado VIII. Fue miembro de la National Youth Orchestra de Gran Bretaña a la edad de diez años, convirtiéndose en la más joven de sus miembros en tocar en los célebres conciertos de la BBC ‘The Proms’. Estudió arpa con Elinor Bennett y más tarde con Skaila Kanga en la Purcell School of Music de Londres. Durante la década de 1990, Finch ganó varias competiciones para jóvenes arpistas, incluido el Premio Nancy Richards y el Blue Riband en el National Eisteddfod de Gales. A día de hoy ha tenido innovadoras colaboraciones con diversos músicos como el gran intérprete de kora de Malí Toumani Diabaté.

Finch y Keita resultaron ganadores del fRoots Album Of The Year por el disco ‘Clychau Dibon’, además de obtener dos nominaciones a los BBC Radio 2 Folk Awards al mejor dúo y mejor canción tradicional. Y es que como se pudo comprobar en su concierto en Madrid, la química compositiva y ejecutante de estos artistas trasciende las fronteras entre los géneros de la música mundial, clásica, popular y tradicional.
  
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Fotografía de Finch y Keita © Fernando Torres 

sábado, 7 de octubre de 2017

La lomografía, una experiencia visual


En plena Era digital, en la que la fotografía experimenta cada día nuevos e importantes avances como son las excelentes prestaciones de las últimas cámaras réflex o el uso de los cada vez más sofisticados smartphones, asistimos también al resurgir de las cámaras instamáticas, como la emblemática Polaroid o la Lomo Instant. Y de igual forma se advierte una pujante vuelta a la fotografía analógica a tenor del reciente auge y las posibilidades que ofrece la lomografía.

Los mejores inventos nacen de las casualidades, pero también de una necesidad, como le ocurriría a Edwin Land con su Polaroid. Y es que el caprichoso azar propició que, a principios de los 90, Matthias Fiegl y Wolfgang Stranzinger, dos estudiantes austriacos, encontraran en un mercadillo de Praga por casualidad una curiosa cámara rusa llamada ‘LOMO’ (Lomo LC-A).

‘LOMO’ es el acrónimo de Leningradskoye Optiko-Mechanichesckoye Obyedinenie (Unión Mecánica Óptica de Leningrado), una compañía fundada en San Petersburgo en 1914. Sería el General Igor Petroviwitsch, mano derecha del Ministro de Defensa y de Industria de la Unión Soviética, quien en 1982 mostrara una mini cámara japonesa a su camarada Michael Panfilowitsch, director de la fábrica rusa especializada en armas y óptica. Panfilowitsch examinó la cámara observando la gran nitidez de su lente de cristal, su extrema sensibilidad a la luz y su robusto armazón.

La cámara en cuestión, objeto de aquel flagrante caso de espionaje industrial, no era otra que la nipona Cosina CX-1, que se copió con la intención de mejorar su diseño, creando así el primer prototipo de la rusa Lomo LC-A –que los espías de la KGB utilizaban para fotografiar planos secretos o armamento–, y que se exportó a países por entonces comunistas como Ucrania, Polonia, Checoslovaquia e, incluso, Cuba, dando lugar al fenómeno que vino después conocido como ‘lomografía’. Muy pronto el uso de estas máquinas fotográficas se extendería por Europa occidental.

Los descubridores que darían a conocer al mundo entero la Lomo Kompakt Automat (mejor conocida como Lomo LC-A), serían esos dos estudiantes de Viena que la adquirieron sin saber aún su trascendencia en el mundo de la fotografía experimental. En su recorrido por las calles de Praga realizaron fotografías fortuitas sin apenas mirar a través del visor de la cámara, de una forma casual y espontánea. A la vuelta de sus vacaciones, al revelar las fotos, para su sorpresa comprobaron que las instantáneas eran luminosas, de saturados colores, y transmitían con gran frescura la emoción del momento, advirtiendo las posibilidades artísticas que se derivaban de esa compulsiva práctica fotográfica.

Esa intensificación de los colores se debe a la lente gran angular llamada Minitar 1, que fue expresamente diseñada por el profesor Radionov. La singular lente se caracteriza porque da como resultado una mayor saturación de los colores en el centro de la imagen. Causa un efecto túnel, además de un oscurecimiento en las esquinas del encuadre, produciendo ese característico viñeteado. Mientras que su rudimentario mecanismo de enfoque, con sólo cuatro modos: 0,8 metros, 1,5 metros, 3 metros e infinito, hace que algunas fotos aparezcan algo desenfocadas, pero con un particular toque artístico. A lo que se suma la opción del disparador en modo ‘manual’, con largas exposiciones a baja luz, creando deliberadamente insólitas visiones.

El hallazgo de los estudiantes corrió de boca en boca y comenzaron a demandar cámaras al antiguo bloque soviético clandestinamente. Poco después se fundaría la Sociedad Lomográfica, que actualmente cuenta con más de 500.000 miembros.

A pesar de que en San Petersburgo la producción haya decaído, la Sociedad Lomográfica ha conseguido llevar las matrices de estos modelos a China, para evitar la escasez de máquinas en el mercado. Y está demostrando que la lomografía se ha convertido en algo más que una moda, es una popular forma experimental de expresión artística.

Más información

Página web oficial de Lomografía.

Enlace de interés


Fotografía ‘Otoño’ © Fernando Torres